Pasepasepasepaseosopasepasepasepasepase ….

Este vídeo esta actualmente dando la vuelta al mundo y tal vez no lo hayas visto aún. El objetivo es simple: ¿Eres capaz de contabilizar la cantidad de pases que hace el equipo blanco?

Mira el vídeo a continuación y luego sigue con la lectura de este post.

Para los que no estén familiarizados con el idioma inglés, la primera frase dice ”¿Puedes contar la cantidad de pases exactas que hace el equipo blanco?” luego dice “¿Te fijaste en el oso bailando Moonwalk?” y concluye con “Es muy sencillo no percibir cosas que no andas buscando.”

La verdad, tampoco me di cuenta del oso cuando vi el vídeo por primera vez, pero ese no es el punto de este post.

¿A qué viene todo eso se preguntarán algunos? Pues, este vídeo es muy útil a la hora de mostrar lo que a diario vemos con (demasiados) sitios web. Imaginemos que esa cancha improvisada sea justamente un sitio web (un portal, un minisitio, una tienda de e-commerce, etc.). Muchas veces la atención de los usuarios es monopolizada por múltiples elementos distractores (banners, destacados en Flash a todo trapo, tickers de noticias, layers, vídeos con autoplay, etc.) que impiden que el visitante del sitio entienda el funcionamiento del sitio, realice las acciones que deseamos (registrarse, comprar, buscar, etc.) o simplemente encuentra la información que le queremos entregar.

El motivo de tanta advertencia es simple y no tiene nada en contra de Flash propiamente tal, sino que tiene que ver con usabilidad y diseño de interacción. Existe una regla muy sencilla a respetar al momento de desarrollar un sitio:

Solo podemos captar la atención del usuario 1 vez. Ni una más.

Siempre digo a mis alumnos de usar Flash de manera “homeopática” y no ceder al efecto de seducción que pueda tener en primera instancia, pero en realidad podríamos tener las mismas consecuencias independiente de la tecnología utilizada.

Entonces, si solo tenemos 1 oportunidad para captar la atención del usuario, cuesta de repente entender esos sitios web con elementos que se animan a diestra y a siniestra, muy bonitos por lo demás, pero que visitamos un vez porque el director de arte nos mando el link y nunca más ingresamos luego de esa única primera visita. ¿Es eso lo que queremos lograr con los clientes de nuestros clientes? Hoy, el impacto ha dejado su lugar a la relación o por lo menos esa es la visión que compartimos en la agencia y el motivo por el cual dejamos los fuegos artificiales de lado cuando desarrollamos una estrategia comunicacional … pero a veces cuesta que cliente entienda eso. ¿Les pasa lo mismo también?

6 comentarios

  1. Que buena manera de ilustrarlo Serge… ¿de que estábamos hablando?.. pasó una mosca por aquí… ¿que yo soy dispers…? 😀

  2. Qué genial el video. No vi al oso pese a que estaba atento a su aparición. Estoy de acuerdo contigo en que esto es un buen llamado de atención desde la perspectiva de la comunicación.
    Siento, además, que es muy importante aprender una metodología de desarrollo que no se base en la tecnología, sino en la persuasión. Si tienes claro qué comunicar y cómo hacerlo, luego buscas los mejores medios.
    De lo contrario, sólo terminarás haciendo lo que un programa pueda mostrar en pantalla.
    saludos
    jcc

  3. Excelente, lamentablemente si no entiendes ingles no cachai lo del comienzo y no le pones la atencion necesaria para ignorar al Moonwalker. asi que remarcalo mas 😛

    Saludos!

  4. Lo mismo hizo una agencia argentina (o era española?) para un saludo navideño, pareciera que ya nadie hace algo original… me incluyo. 🙁

  5. Belén

    En realidad, el mostrar información con el objetivo de seducir al usuario en la primera oportunidad hace que nos volvamos locos poniendo miles de animaciones y cositas bonitas. Cuando el diseñador (me incluyo) llega a una «madurez virtual» entiende que el meollo del asunto es darle al usuario simplemente lo que quiere.

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